
No engancharte con discusiones, preocupaciones, pensamientos recurrentes o miedos, es un asunto de práctica.
Así es, si no tienes un problema neuronal que te lo impida, puedes entrenarte para no engancharte de manera automática.
Obvio requiere esfuerzo y disciplina, y eso implica estar convencida o convencido de que harás lo necesario para dejar de engancharte.
¿Cómo se hace?
Hay muchas maneras y técnicas, te voy a compartir el mix que mejor me ha funcionado a mí.
- Identifica tus detonantes.
Aquello que hace que te enganches, que decidas tomar esa batalla. Una vez identificados puedes evadirlos o prepararte para su llegada. - Cambia las palabras que usas cuando estás enganchad@.
Una vez que estás enganchado o enganchada, tu lenguaje refuerza el asunto, si la siguiente vez que te enganches con algo o con alguien cambias las palabras que usas (busca sinónimos) interrumpirás a tu mente y le va a ser un poco más difícil mantenerse enganchada. - Agrega humor al asunto.
Imagina a la persona con la enganchaste como un personaje de caricatura, o un emoji o un meme. De esta manera interrumpes a tu mente y no logra hacer la reacción en cadena de gancho-neurotransmisores-emociones-sensaciones (cuando llegas a las sensaciones, el asunto se fue al diablo). - Haz recuento mental para buscar respuestas diferentes.
Cuando tengas oportunidad, siéntate a meditar y visualiza en tu mente una situación en la que te hayas enganchado, pausa la película mental y busca maneras diferentes de responder al asunto, por ejemplo: abandonas la situación, cambias tus palabras o dices un chiste a la mitad del asunto.
Puedes practicar por separado cada uno de los 4 pasos anteriores, en el orden que te sea más natural, pero lo ideal es que llegues a usar los primeros 3 en tiempo real.
Puede sonar a que es mucho por hacer, a que es una tarea inalcanzable, pero la verdad es que no es así, poco a poco, con avances pequeños pero constantes es una meta muy muy asequible y te puedes divertir en el proceso.
Gracias por leer.
-Juan.