
A veces el corazón se llena de fuego, la mente se mueve a la velocidad de la luz y una ola de deseo inunda el espíritu.
Es un deseo primitivo, no tiene categoría todavía, no es deseo sexual, no es deseo de comer o de beber, es deseo de dejar salir ese fuego y compartirlo con el mundo.
Puede uno dejar que ese fuego salga sin control y sin dirección, lo más seguro es que saldrá como una explosión y ya. No trascenderá y se extinguirá en algún momento. Tal vez quemará a una o dos personas, pero nada grave.
O puede uno dirigirlo, enfocarlo y usarlo para crear algo: una foto, un dibujo, un texto, una salida con alguien especial, una caminata en solitario o una buena sesión de ejercicio.
Ninguna opción es buena o mala per se.
Se trata de elegir consciente.
Gracias por leer.
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