
El océano entero no puede hundir un pequeño barco, a menos que entre en el barco.
De la misma manera, la negatividad del mundo no puede afectarte, a menos que la dejes entrar en ti, sin importar que tan oscuro o caótico pueda verse el mundo.
El truco radica en cultivar el hábito de desechar aquello que te afecta y en saber cuándo necesitas aislarte por un tiempo de las fuentes de negatividad en tu vida.
Esas fuentes de negatividad pueden ser las redes sociales, los noticieros, las opiniones de personas con quienes tienes contacto ya sea digital o en persona, los periódicos y seguramente puedes pensar en más.
El asunto, es que esto se trata de entrenar tu mente, para que ponga atención en lo que tú quieres que ponga atención y no sólo en aquello que te rodea y que quiere tu atención.
Así que a desechar de manera regular y a aislarse de vez en cuando.
Si te cuesta trabajo desechar, empieza por aislarte por períodos de tiempo regulares, si te cuesta trabajo aislarte, empieza por desechar.
Si te cuestan trabajo ambas, pues prueba ambas, al final será igual de difícil pero muy benéfico.
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