Las creencias que tengo no son reales, sucede igual con las creencias de cualquier otra persona.
Mis creencias no existen por cuenta propia, soy yo quien les da valor, igual que cualquier otra persona le da valor a sus creencias.
Eso me da la libertad de agregar temporalmente creencias a mi archivo mental, cuando éstas creencias me van a ayudar a lograr mis metas o a ser la persona que quiero ser en este momento.
Y cuando ya no son útiles, las puedo dejar ir.
Sumado a eso creo que es muy útil revisar mis creencias cada «X» tiempo, para ver cuáles me sirven y cuáles ya no y las había traído cargando sin ninguna necesidad.
Juan Silva 