Entrada Semanal 09.

Un inicio de año con toda la actitud, otra semana, y otro juego de 5 cosas que creo vale la pena compartir contigo.

UNO

Esta reflexión sobre la IA creando textos y «ayudando» en la educación me gustó mucho.

No estoy en contra de la IA, pero creo que usarla para «crear arte» es una de las maneras más inútiles y ociosas de usarla.

DOS

Con mucho gusto y emoción he regresado a enseñar Dharma y Meditación. Las clases son gratis, las puedes leer y escuchar aquí.

TRES

Compartir todo absolutamente todo con las personas que amamos, no siempre es buena idea.

Es muy sano guardarse algunas cosas para uno mismo, no me refiero a secretos de telenovela, en mi caso se trata de mantener para mí parte de mis procesos creativos que tienen que ver con proyectos personales y con cosas de papá.

En ambos casos, durante las primeras etapas de esos proyectos y cosas, mi proceso de pensamiento es muy rápido, va de un lugar a otro, considerando en segundos diferentes variantes y escenarios.

Si comparto esa parte del proceso, la otra persona se ve envuelta en un caos creativo y emocional que requiere muchas explicaciones para que mi interlocutor le pueda dar sentido a lo que está escuchando.

Lo que regularmente me lleva a detener el proceso creativo para poder dar esas explicaciones y al final, puede que la persona ni siquiera esté interesada en conocer esa parte de mí.

Moraleja, prefiero ser muy cuidadoso con lo que comparto y con cómo y cuándo lo comparto

CUATRO

Unos recientes asuntos de salud me han ayudado a apreciar de manera más profunda cada minuto que tengo aquí en la tierra y sobre todo cada minuto que tengo sin dolor físico, parte de la edad, jaja.

Últimamente, divido mis días respiraciones: esta respiración fue incómoda, ok, exhala y déjala ir…ah… esta otra respiración fue más cómoda…ah…agradécela y déjala ir. Y así, todo el día.

Obviamente mis días ahora parecen semanas, pero también mi sentido de apreciación y agradecimiento han crecido.

Y eso, es un punto muy positivo.

CINCO

Creo que todos buscamos aprobación de otras personas en mayor o menor medida. Y creo que está bien, es parte de la naturaleza humana el buscar pertenecer a un grupo o una tribu.

En mi caso, creo que es muy sano balancear esa natural necesidad con una buena dosis de «DIY-Punk» y hacer las cosas por mí y para mí, sin esperar o necesitar la aprobación o complicidad de nadie.

Claro, que al hacerlo, me aseguro de no dañar directamente a otras personas y seres.

Obvio no puedo controlarlo todo, sólo puedo poner atención a lo que hago y la intención que tengo detrás, no puedo controlar lo que las otras personas sienten y perciben.

Con todo eso en mente, sigo puliendo mi mente, mis acciones y ejecutando mis proyectos e ideas.

Espero te sea útil la reflexión. 🙂

Eso es todo por esta ocasión, nos leemos en una semana.

Gracias por leer.

Juan.

Entrada Semanal 07

La Navidad llegó y como todo lo bueno en la vida, ha terminado.

Espero la hayas pasado muy bien en compañía de tus seres queridos y espero que hayas comido muy rico.

Yo me la pasé muy bien, cené rico, bebí whisky, recibí regalitos lindos y caminé mucho bajo las luces navideñas.

Ahora vienen mi días particularmente favoritos del año, los días de enlace entre la Navidad y el Año Nuevo.

Estos días los aprovecho para hacer un recuento de los libros, discos, ideas y proyectos que marcaron mi año.

Todavía no termino el recuento completo, pero quiero compartir contigo, cuatro cosas que forman parte de mi laaarga lista de cosas que marcaron positivamente mi año.

UNO.

Aquí va un breve recuento de los libros y cómics que leí este año.

Libros terminados:

-El Negociador, de Arturo Elías Ayub

-Storytelling, la escritura mágica, de Carlos Salas

-Intelligent Fitness, de Simon Waterson

Comics leídos:

-Un montón de cómics de Hellboy: Historias Completas Vol. 1 y 2, Hellboy Omnibus Volumen 1: Semilla de Destrucción.

-Solid State Tank Girl #3

-Toda la serie de Helena Crash

Libros empezados:

-Lost Horizon de James Hilton

-Children Who Remember Previous Lives de Ian Stevenson

-Brave New World de Aldous Huxley

-Hey Whipple Squeeze This, de Luke Sullivan

-Felicidad de Thich Nhat Hanh

DOS.

Algunos discos y Tiny Desk Concerts que le pusieron ritmo a mi año.

Discos:

-Please Don´t be Dead, Fantastic Negrito

-Swings Both Ways de Robbie Williams

-Swing When You´re Winning, también de Robbie

-The Ghost of Cain de The New Model Army

Tiny Desk Concerts:

-Sting and Shaggy

-Trueno

-Tank And The Bangas

-Fantastic Negrito

-Steve Martin And The Steep Canyon Rangers

-Tedeschi Trucks Band

TRES.

Uno de los proyectos personales que más me gustó este año, fue el de mis lienzos escurridos.

Ha sido súper divertido jugar con la pintura y la gravedad, tenía mucho tiempo, de no «tocar los colores» con las manos, ya que la mayor parte del tiempo trabajo de manera digital.

Algunos están a la venta, si te interesa, mándame un DM o un correo electrónico.

CUATRO.

Una idea que me ha hecho muy feliz por el sólo hecho de considerarla, es volver a enseñar.

¿Enseñar qué? Por un lado enseñar las herramientas psicológicas y mentales que el Buda histórico enseñó, también conocidas como BudaDharma o Dharma, pa los cuates.

Y por otro lado, planeo regresar a dar sesiones de Coaching de vida, que realmente se trata de enseñar diversas herramientas de vida, muy útiles a la hora de necesitar una actualización en el sistema operativo propio. Cosa que todas las personas necesitamos por lo menos un par de veces a lo largo de nuestras vidas.

Son dos pequeños proyectos que me emocionan mucho, el proyecto Budista será gratuito en su mayor parte y el proyecto de Coach, será pagado en su mayor parte.

Todavía no defino la forma final que van a tomar ambos, pero estoy en eso.

La idea es arrancar el año con por lo menos uno de los proyectos caminando.

El proyecto Budista, irá muy en la línea de lo que hace Noah Levine con Against The Stream y sus Dharma Punks.

El proyecto de Coach, será bastante más simple que la iteración anterior que hice de él….o eso espero. 🙂

Muy bien, eso es todo por esta ocasión.

Me encantaría conocer qué libros y músicas marcaron tu año, si te animas a compartir, hazlo en los comentarios, mándame un DM o mándame un correo.

Nos leemos el año que viene.

Deseo que cierres el año vistiendo tus mejores pensamientos, tus emociones mas vigorizantes y tu mejor postura.

Deseo también que tu nuevo ciclo esté lleno de magia, amor, abundancia y sabiduría.

Gracias por leer.

Juan.

Mi práctica budista

A lo largo de los años que llevo practicando el budismo como filosofía de vida, nunca he asistido regularmente a un lugar o grupo de estudio, esto es porque cuando comencé con el asunto budista, mi horario de trabajo y mis obligaciones como papá no me lo permitían.

Así que decidí armar mi propia práctica budista, adaptada a mi estilo de vida y a lo que yo necesitaba/buscaba.

Aquí está un panorama general de mi práctica, que creo, te puede ayudar a armar tu propia práctica si lo necesitas.

UNO.

Leer, reflexionar y encontrar como aplicar en mi vida diaria las enseñanzas y herramientas del Noble Óctuple Sendero, hay un libro titulado «Lo que el Buda enseñó» de Walpola Rahula, que a mí me resultó muy útil.

Esto no es algo que se logra en una tarde, requiere disciplina, compromiso y mucha atención plena, al inicio, te va a costar mucho trabajo y vas a apestar en ello.

La buena noticia es que una o dos semanas después de practicar con disciplina vas a ir viendo pequeños avances, y bueno, meses o años después verás muy buenos resultados.

La meta es lograr que los valores y paradigmas budistas contenidos en el Noble Óctuple Sendero se conviertan en segunda naturaleza.

Tal vez haga un taller sobre esto en 2023.

DOS.

Meditar todos los días, por lo menos 5 minutos, y si ya tienes más experiencia en ello, de 10 a 20 minutos.

Pero no se trata de cualquier tipo de meditación.

Los dos tipos de meditación que uso yo son: el Zazen y la meditación con visualización de una Figura Búdica.

Para mí, el Zazen se trata de sentarse, respirar, contemplar todo lo que surja en la mente y dejarlo ir, sin identificarse con ello, sin engancharse y sin pelear con eso que aparece.

Dicho de una manera más poética, se trata de sentarse a buscar sin buscar, el silencio de la mente.

No es dejar la mente en blanco, eso es imposible.

La mente siempre estará produciendo objetos mentales, pero yo no soy mi mente, uso mi mente.

Así que cuando surge un objeto mental, puedo decidir identificarme con él o no, engancharme con él o no, pelearme con él o no, es pura práctica, y la práctica se lograr, pues sentado en Zazen.

La meditación con la visualización de una Figura Búdica, se trata de sentarme, respirar, y después de unas 10 o 20 respiraciones profundas, visualizo que estoy en presencia de un Buda, por ejemplo de Sidharta Gautama o de un Bodhisatva, como Avalokiteshvara, que representa compasión infinita.

Esta meditación no la uso como un asunto religioso o de éxtasis místico, la uso para apropiarme de las cualidades que los Budas y Bodhistavas representan.

A la hora de visualizar a la Figura Búdica, me imagino lo que se sentiría estar en la presencia de alguien que admiro y que tiene un juego de cualidades que deseo para mí.

Por ejemplo, si es Sidharta Gautama, el Buda histórico, me pregunto: ¿Cómo me siento ahora que está el Buda aquí en el cuarto conmigo?

Mi respuesta puede ser algo como: me siento alegre, en paz, maravillado, motivado, curioso, afortunado.

La clave es imaginar que Buda, realmente está ahí conmigo, compartiendo el mismo tiempo y el mismo espacio, para mí, es como estar con una estrella de Rock que además es una maravillosa persona.

Me quedo con esa visualización y con esas emociones unos 10 minutos, y después visualizo que la figura búdica se fusiona conmigo, me apropio de todas su cualidades y me pregunto: ¿Cómo se siente encarnar esta serie de cualidades? ¿Cómo vivo mi vida ahora que soy esta o aquella figura Búdica?

Con las respuestas a estas preguntas genero una serie de emociones súper lindas y me quedo contemplándolas y sintiéndolas hasta terminar la meditación.

Para hacerlo variado, dividí las meditaciones por días:

De lunes a miércoles, hago por lo menos un par de sesiones de Zazen, una en la mañana y otra en la noche.

De jueves a sábado medito con alguna figura búdica: Buda Shakyamuni, Amitabha, Avalokiteshvara, Dorje Drolo o Mahakala.

TRES.

El domingo, hago una meditación con la visualización de una figura búdica especial: Yo.

En esta meditación, me veo a mí ya iluminado, me veo en el momento en el que ya alcancé la iluminación, es decir el momento en el que ya soy libre del sufrimiento en todas sus formas, libre de las cadenas del apego, la aversión, la avidez y la ignorancia.

Eso quiere decir que esas cosas todavía surgen en mí, pero ya no me dominan, las veo surgir y las veo desaparecer, como las olas del mar.

Entonces, me veo ya iluminado, y me pregunto: ¿Cómo suena mi voz ahora que soy libre? ¿Qué palabras uso? ¿Cómo trato a mi mamá, a mi hermana, a mi hijo, a mi pareja ahora que soy Buda? ¿Cómo me relaciono con las personas de mi trabajo desde mi estado de Buda? ¿Qué música escucho? ¿Cómo me hablo ahora que soy Buda? ¿Cómo disfruto las cosas ahora que soy plenamente libre?

Me imagino a detalle cada una de las respuestas y me doy espacio para sentir lo que esas respuestas detonan, que puede ser amor, alegría, gozo, paz, ecuanimidad o hasta euforia. 🙂

Me quedo en ese estado durante 10 o 15 minutos y listo, meditación terminada.

Visualizarme ya en mi versión Buda, hace que el resultado de mi práctica se vuelva práctico, tangible y cercano.

Me ayuda también a decirle a mi cerebro las cualidades y emociones que quiero vivir y me familiarizo con ellas.

Para que poco a poco me sea más natural habitar ese estado emocional, hasta que en algún momento, ese estado emocional y físico, sea segunda naturaleza también.

Y listo, esa es la práctica budista que he llevado por varios años, aderezada con algunos cursos y charlas que he tomado con diferentes maestros, y muuuy condimentada con personas y situaciones normales de la vida diaria que son los mejores entrenadores para poner a prueba todo lo que aprendo y quiero dominar dentro de mí.

Nunca había puesto por escrito mi práctica, es algo que comenzó de manera muy orgánica e intuitiva, así que ha sido un bonito e interesante ejercicio ponerla en palabras para compartirla contigo.

Espero te ayude en tu propio camino espiritual.

Si decides usar mi práctica como ejemplo, pruébala por unos 3 o 4 meses, para que de verdad le tomes el sabor al asunto.

No te desanimes si al principio te cuesta trabajo visualizar, con paciencia y disciplina lo puedes lograr.

No olvides agregar las Figuras Búdicas que hagan eco contigo.

Si tienes dudas sobre cómo trasladar mi práctica a tu vida, mándame un correo a nadamasjuan@gmail.com y platicamos del asunto, ya sea que te pueda dar un par de sugerencias o tal vez necesites y quieras una sesión de enseñanza más estructurada, esas sí las cobro, pero las sugerencias son gratis.

Gracias por leer.

Juan.

Entrada Semanal 06

Wohooo! Ya merito es Navidad, ya está haciendo más frío en mi ciudad y es el momento perfecto de usar mi sudadera negra con mi chamarra de piel y mis vegan combat boots, un look que amo para invierno-navidad.

Otra cosa que amo de la Navidad, son las luces y la decoración en los grandes centros comerciales, particularmente me gusta visitar Liverpool Insurgentes, en la Ciudad de México, para ver sus luces y sus adornos.

Voy por un café o un chocolate caliente y paseo por el lugar admirando los adornos y las luces, mientras me dejo envolver por ellos.

Ok, aquí van las 5 cosas que creo vale compartir contigo esta semana:

UNO.

Leí un artículo en el New York Times, sobre un club llamado «Luddite», está formado por adolescentes de secundaria y preparatoria que promueven un estilo de vida de «autoliberación del social media y de la teconología».

Muchos de estos adolescentes tienen Flip Phones, en vez de Iphones.

Me encanta su idea y me fascina el valor que tienen de hacer algo así.

Muchas personas que conozco (de verdad muchas, muchas), se beneficiarían de un club así.

Aquí está el enlace al artículo completo.

La foto que adorna la cabecera de esta entrada, es de dicho artículo y fue tomada por Scott Rossi.

DOS.

Estoy escribiendo y ordenando las meditaciones y reflexiones más significativas e importantes de mi práctica budista.

Una de esas meditaciones, incluye visualizar la meta ya conseguida y cómo abordo mi vida como es hoy, ahora que he conseguido eso que buscaba.

En este caso, la meta es alcanzar la iluminación o el estado de Buda.

Primero visualizo que ya soy Buda, con todo lo que eso conlleva, me siento Buda, y desde ahí me pregunto ¿Cómo es el tono de mi voz ahora que ya me iluminé, ahora que ya no me controlan ni el miedo, ni la ira, ni la avidez, ni el apego?

¿Cómo camino ahora que estoy en paz y ecuanimidad?

¿Qué música escucho? ¿Cómo me relaciono con los demás?

Y así con base a muchas y muy detalladas preguntas, voy creando emociones y sensaciones que reflejan y respaldan mi estado de Buda.

Así la meta, se vuelve algo vivo, se vuelve un proceso orgánico y aparece mucho más clara, asequible y cercana, sin importar qué tan metafísica y subjetiva pueda ser, como el estado de Buda.

Y creo que esa forma de visualizar, aplica perfecto a cualquier meta, no sólo a metas espirituales.

TRES.

Me gusta mucho enseñar, y creo que lo hago bien.

Sobre todo cuando se trata de enseñar cosas relacionadas con el desarrollo de consciencia y con modificar la propia mente.

Pero lo dejé por algún tiempo, y al final, he terminado extrañándolo mucho, y hace unos días, mientras cenábamos taquitos, mi pareja, Barb, dijo algo muy sabio:

«Tu medicina es enseñar.»

Tiene toda la razón, cuando enseño, una buena parte de mí florece y se llena de alegría, cuando dejo de enseñar, esa parte no sólo no florece, sino que muere un poco cada día.

Así que decidí volver a enseñar, sin embargo, eso plantea un pequeño problema: ¿Cómo conseguir una audiencia? y ¿Cómo compartir lo que enseño sin que me salga carísimo?

Carísimo en el sentido de invertir en una cámara, luces, y el tiempo para crear videos o fotos.

Porque tampoco es que enseñar sea un negocio que me deje como para abandonar mi empleo en publicidad.

Así que después de pensarlo un poco y darle varias vueltas, decidí volver a enseñar pero bajo mis propios términos, en vez dejarme llevar por lo que está de moda y por lo que otros coaches o maestros espirituales están haciendo.

Si no me lee nadie, está cool.

Si me lee una persona, está cool, si me leen 5 está cool, si mi contenido escrito llega a millones de personas está cool también.

Me encanta cómo los momentos de claridad mental y espiritual pueden llegar en la regadera, caminando en un parque o comiendo taquitos.

CUATRO.

Tiene algunas semanas que regresé a andar en bicicleta y estoy pensando renovar la pintura de mi bici para que se vea como uno de mis lienzos escurridos o como las bicicletas de Squid Bikes.

Para mí, renovar la pintura de mis bicis es como renovar mi corte de cabello. 🙂

CINCO.

Como ésta entrada semanal tiene bastante contenido budista, aquí te dejo un enlace a una charla sobre budismo, que dió uno de mis maestros y practicantes favoritos.

Muy bien, eso es todo por esta ocasión.

Gracias por leer.

Hasta dentro de una semana, que ya estaremos cerca, muy cerca de Navidad.

Juan.

Poema / Plegaria

En Diciembre de 2021, participé en un retiro budista, impartido por Tony Karam, director de Casa Tibet; durante el retiro nos compartió esta plegaria hebrea que me pareció hermosa y desde esa fecha, la he traído muy presente.

Me parece una lista de maravillosos deseos y a la vez, una hermosa lista de recordatorios personales, para vivirlos todos los días.

Espero te guste y que ilumine tu corazón y tus días, como lo ha hecho conmigo.

«Que tus despertares te despierten. Y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme.
Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana en cada nuevo amanecer.
Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruce en tu camino.
Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque «sólo» se trate de pan y agua.
Y que encuentres algún momento durante el día, aunque sea corto y breve, para agradecer por el milagro de la salud, ese misterioso y fantástico equilibrio interno.
Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.
Y que tus brazos, abracen. Y que tus besos, besen.
Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de maravillarte.
Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer por la tarea satisfactoria realizada durante el día.
Y que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos.
Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco el valor de las cosas con su precio.
Y que no te creas más que nadie, porque, solo las personas ignorantes desconocen que no somos más que polvo y ceniza.
Y que no te olvides, ni por un instante, que cada segundo de vida es un regalo, un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, bailaríamos y cantaríamos de alegría al tomar conciencia de ello. Como un pequeñísimo homenaje al misterio de la vida que nos acoge, nos abraza y nos bendice.
– Antigua plegaria hebrea

Gracias por leer.

30 años como Budista

Este año, 2022, es mi año número 30 practicando el Buddhadharma (o Budismo para quienes gustan de las etiquetas comunes pero imprecisas) como mi filosofía de vida y como una experiencia en mi día a día.

Cuando empecé a practicar lo que el Buda enseñó, tenía yo 14 años, y mi meta era dejar de tener una mente llena de miedo, enojo, adicción, rechazo, juicios, y frustración, además de buscar mejorar mi convivencia con las personas en mi vida, sobre todo con mi familia cercana.

Años más adelante, como a mis 24 años, cuando ya estaba viviendo los frutos de mi práctica, decidí que no quería casarme con ninguna tradición Budista y que iba a ser una suerte de «turista del Dharma» quería conocer tantas tradiciones de Buddhadharma como me fuera posible, para entender cómo vivían y aplicaban lo que a mí parecer son las enseñanzas centrales del Buddha: las 4 Nobles verdades y el Noble Óctuple Sendero.

Y lo logré :D.

A lo largo de estos 30 años he podido practicar y convivir de cerca con personas de la Nueva Tradición Kadampa, de la tradición Karma Kagyu o Camino del Diamante, de tradiciones de la escuela Gelugpa, también con personas de la tradición del Budismo Chan, con los Dharma Punx que son muy afines con la escuela Nikaya y finalmente con personas de la tradición del Budismo Zen, tanto de la escuela Soto como de la escuela Rinzai.

Es con los Dharma Punx, de la escuela budista Against the Stream y dentro del Zen, donde me siento más a gusto y en casa.

Hoy en día, frecuento la Sangha (comunidad Budista) de Dhammapada, una comunidad Zen con sabor al Río de la Plata y al Valle de México.

Ha sido una chulada de viaje de búsqueda interna, que empezó una mañana en la escuela secundaria, en la clase de historia universal, donde vimos la historia de India.

El libro de historia, mencionaba al príncipe Sidharta Gautama, también conocido como el Buda, en el libro y en la explicación del maestro Cachú, el Buda no era un santo, tampoco un místico, ni era un dios o semidiós, tampoco era un profeta, solamente era una persona, que decidió buscar la paz interior y la salida al sufrimiento, en un lugar diferente a la religión de su época y al mundo material de su época.

Para mí, que había sido educado católico, la idea de que una persona NORMAL como yo, haya logrado todo eso y que además haya dejado un mapa, y que no tuviera intermediarios como sacerdotes, cardenales o papas, se me hizo algo maravilloso y sonó como algo que yo podía lograr, que por lo menos podría intentar.

Así que ese día fui a la biblioteca de la escuela y encontré un pequeño folleto, que tenía lo que yo creo que es la esencia de la filosofía de Sidharta Gautama: las 4 Nobles Verdades, y el Noble Óctuple Sendero.

Además, tenía unas brevísimas instrucciones para sentarse a meditar.

Esa misma noche probé mi primera meditación, se sintió raro el asunto, pero a la vez sentí mucha paz y una profunda liberación que duró un par de segundos.

Esa primer impresión fue tan fuerte, tan bella y tan deliciosa, que de inmediato quise más, y comencé a meditar diario y a tratar de entender y sobre todo aplicar a mi vida las ideas y conceptos que le permitieron despertar a Sidharta para convertirse en el Buda.

Con el tiempo leí más libros (muchos más) sobre el tema, platiqué con varios maestros y practicantes, y poco a poco, día tras día, logré pasar de esa mente que describí al inicio de este post, llena de caos, confusión e ignorancia a una mente más clara, más ecuánime y mejor entrenada.

Para nada soy un santo, o un ejemplo de practicante budista y en mi mente siguen surgiendo el miedo, la ira, la frustración, los juicios y la adicción (entre otras cosas), la diferencia es que hoy ninguna de esas cosas me domina, hoy puedo elegir observarlas surgir y dejarlas pasar, hoy me puedo relacionar diferente con mi mente, con ecuanimidad, atención plena, compasión, amabilidad y claridad.

Tal vez hacia afuera no he cambiado mucho, y habrá quien sostenga que soy el mismo mequetrefe egoísta y enojón que siempre he sido.

Pero este viaje nunca lo hice para cambiar la opinión de nadie sobre mí, lo hice para cambiar las cosas dentro de mí, lo hice para que vivir dentro de mí, no sea una pesadilla y sea un viaje que disfruto a cada minuto.

Y vaya que lo he logrado.

Gracias a todas las personas que han sido parte de este viaje, si las menciono a todas por nombre, me acabaría el espacio en mi blog. 🙂

Gracias por leer.

Juan.

Reflexiones sobre la mente

Después de 30 años de leer y platicar sobre la mente humana con otros practicantes y maestros budistas, y claro, después de haber entrenado la mía por 30 años, he llegado a algunas conclusiones interesantes.

  1. Renacimiento o reencarnación.
    Personalmente, creo que al morir, la consciencia deja el cuerpo, y se lleva a la mente sutil con ella.

    Como ya no hay cuerpo, no hay límites físicos para la mente/consciencia y ésta hace aquello que está habituada a hacer: si está habituada a estar en paz y ecuanimidad, pues estará en paz y ecuanimidad, si está habituada a estar en el chisme y juzgando, pues eso hará.

    Y con esa mente/consciencia habitual uno crea su siguiente renacimiento, eligiendo un mundo/momento en donde las circunstancias generales, reflejan la mente/consciencia que uno tiene.

    Una vez elegido el mundo apropiado, Et Voilá! aparece uno ahí como sea que las reglas de ese mundo lo ameriten.

    Dentro de esta idea, creo que si uno cree firmemente que se irá al cielo y que ahí se encontrará con sus seres queridos, y la propia mente esta habituada a esa idea, pues lo más probable es que uno se vaya a ese cielo.

    Pienso lo mismo para el infierno, aunque yo no creo en ninguno de los dos para mí.

    Todo esto que escribí, desgraciadamente no puedo probarlo, pero para fines prácticos, es totalmente irrelevante.

    Me explico.

    Vivir mi vida con una mente llena de compasión, atención plena, sabiduría intuitiva, gozo, amor, ecuanimidad y desapego, puede asegurarme un renacimiento bien sabroso, si creemos lo que escribí arriba.

    Pero si no creemos lo que escribí arriba, de todas maneras esa mente es una excelente mente para andar por la vida y por el mundo.

    Así que decido cultivar diario esa mente, para vivir la mayoría de mis días así de cool.

    Si al final de mi camino en la Tierra descubro que no hay nada más allá, pues me la pasé muy bien mientras duró el asunto.

    Si resulta que después de la muerte comienza otro ciclo de vida, y que me llevo mi mente o parte de ella conmigo, pues qué buen equipaje me estoy llevando.

  2. La renuncia.
    Es frecuente pensar que cuando uno se va de retiro es para dejar el mundo atrás y que para realmente ser feliz uno renuncia a todo lo sabroso del mundo, como las posesiones.

    Pero no, uno no renuncia a sus posesiones, no se trata de ser un monje que vive con 2 túnicas y un calzón, para mí, se trata de renunciar a la mente que se apega sin control, se trata de renunciar al hábito de fincar mi felicidad y paz mental en los objetos, experiencias y circunstancias del mundo físico.

    Uno se retira de la mente caótica, uno renuncia a su ignorancia, pero uno sigue en el mundo, y replantea su relación con él, usando una configuración mental nueva.
  3. El estado de Buda o de estar despierto.
    Seguro habrá quienes han vivido esto como una hermosa experiencia de éxtasis místico.

    Pero también estoy 100% seguro de que habemos personas que la hemos vivido más cotidiana y de a poquito.

    En pequeños tragos de tomar consciencia, que terminan un día como la profunda comprensión de qué tan dormido había vivido uno, pasando un día tras otro en un estado de piloto automático lleno de hábitos neuróticos, vacíos de significado real y que traemos instalados en los genes, y que el entorno refuerza.

    Ese despertar lento, lo veo como un arroyo que poco a poco se convierte en río, sigue aumentando su caudal, más amplio y profundo (metáfora de la comprensión), hasta que se convierte en un océano.
  4. Las formas y los rituales son importantes, pero no son lo más importante.
    Realmente no importa tanto cuántos textos budistas puedes citar o cuántas palabras rimbombantes en sánscrito puedes decir, si no estás comprendiéndolas y aplicándolas a tu vida, ya, aquí, hoy.

    Aplica los mismo para los rituales.

    No digo que no sirvan, sino que son una muleta, una ayuda a crear familiaridad en nuestra mente con ciertas ideas de hacer y proceder.

    Hay que darle su importancia a los rituales, pero siempre cuidando que no terminen siendo más importantes que la práctica personal en el día a día.

    Gracias por leer.

    Juan.

30 años como Budista: Parte o2

En estos 30 años he vivido y visto suceder un montón de cosas en lo que llamo «El Mundo Budista»:

Escribí sobre Buddharma durante unos 3 o 4 años y lo enseñé por otros tantos años.

He visto cómo el budismo ha florecido en México. Hablar con alguien sobre el desapego budista o de meditación, mientras tomabas una taza de café o escuchar a alguien hablando de ello en el supermercado era algo rarísimo, hoy es bastante común.

Me tocó ver a un querido amigo ordenarse monje zen y dirigir su propia Sangha. 😀

He visto a maestros budistas enfrentarse a sus propios demonios, meter la pata y aprender de ello, como por ejemplo: maestros que se acuestan con sus alumnas o que agarran la fiesta durísimo y perjudican su salud.

También he visto cómo la filosofía budista ha ayudado en el tratamiento de personas con adicciones, llegando a crearse todo un movimiento en Estados Unidos, llamado «Refuge Recovery».

Junto con Danny Yerna fui parte de un pequeño movimiento en la CDMX de rebeldes-tatuados que decidimos compartir un camino espiritual, inspirados por los Dharma Punx.

Vi el nacimiento de «Dharma Para La Ciudad», proyecto de Budismo laico que eché a andar con otros practicantes del Buddhadharma que también buscaban compartir su experiencia de vida con las enseñanzas del Budda.

Por cierto, estamos cocinando el regreso de ese proyecto, pronto te platicaré más de ello. Mientras tanto puedes leer a mis cómplices en sus propios proyectos y espacios digitales: Sonia, en blogylana.com, a Morelos en chocobuda.com, y finalmente a Alfonso en thekamikazen,

He visto también, cómo ahora abundan los memes y las publicaciones de instagram y redes sociales con citas atribuidas al Buda, y que son de Abraham Lincoln o de Sócrates. XD

Y finalmente he visto al Mundo Budista convertirse en parte de la cultura Pop Mundial, con velitas aromáticas del Buda, tesitos con un Buda en la caja, grafittis de Buda y hasta calcetines de Buda.

Lo cual tiene su lado positivo y su lado negativo, como todo en este mundo y según desde donde se mire.

Han sido 30 años de mucho crecimiento personal y de mucho crecimiento como colectivo.

Qué afortunado de haberlos vivido. 🙂

Gracias por leer.

Juan.