
Ser la oveja negra, se trata de hacer las cosas manera diferente a la “manada” a tu alrededor.
¿Para qué? Para tener resultados diferentes. Para explorar diferentes caminos, actitudes y posibilidades.
Se trata de cuestionar lo habitual o lo “normal” para buscar algo mejor.
Si lo normal en tu entorno es pensar y hacer X, prueba J o K y ve cómo te sientes y que resultados obtienes. Si no funciona, siempre puedes regresar a hacer y pensar X.
Si lo normal en tu entorno es estudiar para abogado y después tener hijos, sé la oveja negra y prueba algo diferente.
Si lo normal en tu entorno es comprar y consumir (lo que sea) para modular sus emociones, sé la oveja negra que se hace responsable de las suyas.
Ya entendiste la idea.
Si tú eres una oveja negra, disfrútalo y recuerda que estás probando opciones diferentes para vivir tu vida.
No te preocupes si tu círculo actual de personas no te acepta o les cuesta trabajo, con el tiempo lo harán o conseguirás un nuevo círculo de personas más afines con tus decisiones, metas, valores y prioridades.
Si eres papá o mamá de una oveja negra, no quieras que sea como todos en la manada, mejor dale herramientas, tangibles e intangibles, para que se mueva con soltura, seguridad y atención por el mundo.
Eso será un regalo que le servirá de por vida, mucho mejor que encerrar a la oveja en una prisión mental de tradición.
Gracias por leer.
Juan.