
Cuando medito, entro al silencio mágico de mi interior.
Es mágico porque en ese silencio me relajo, me quedo en el momento presente, me transformo y transformo lo vivido en aprendizaje.
¿Por qué digo que me transformo? Porque paso de poner la mayor parte de mi atención al mundo físico a ponerla en mi mundo interno.
Paso de estar resolviendo cosas, terminando pendientes y administrando actividades, a sólo estar presente percibiendo y contemplando aquello que surge en mi mente.
Y es en ese contemplar donde puedo observar lo vivido desde diferentes perspectivas, darle otro significado y decidir cómo lo integro a mi experiencia de vida.
Si tienes oportunidad y curiosidad, prueba a meditar, sólo a estar y a contemplar lo que surge en tu mente y dejarlo pasar, requiere práctica, pero el resultado creo que lo vale mucho.
Gracias por leer.
Si te gusta lo que escribo o te ha resultado útil, por favor considera invitarme un café (hacer una pequeña donación). Aquí está el enlace.